Yo sé que no soy el prestidigitador
que era antes, yo sé que el tiempo vuela, que mis ojos se van llenando de
máculas y desprendiéndose de recuerdos. Yo sé que todo principio tiene un
final, por eso prefiero que todo quede como debió ser desde el principio, antes
de que la policía del pensamiento me sodomizara con sus ideas fascistas.
También por eso quiero ir en busca de
Lola, sobre todo ahora que le he visto la cara con esa media sonrisa que
promete cosas que no se pueden escribir. No quiero pasarme el resto del
invierno paseando entre los sauces de cualquier bosque ombrófilo, no quiero que
ningún obispo mitrado me mire mal al salir de algún puticlub, no quiero que
ninguna falsa sibila de la periferia me engañe contándome un futuro que no
existe.
Ahora me daré un atracón de grageas
para dormir, apartaré los lóbregos sueños que atormentan mis insomnios e iré en
busca de Lola y sus lombardas.
Buenas noches, mi querida Julia.
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