...porque los que saben contar historias pueden cambiar el mundo. Y aquí tenemos los bolsillos llenos de ellas.

(Amaranta)

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...no sé contar las cosas intangibles, pero puedo enumerar todas las que se me quedan en la piel.

(Estrellada)

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... y las arenas atrapahombres, y el sabor a sal, origen de todas las cosas.

(MA)


jueves, 29 de noviembre de 2012

por ser jueves






Ellos tienen prohibido por leyes divinas airear los secretos que los pellejos les cuentan en las noches de trabajos triperos. Su oficio les obliga a ser discretos, sumisos, introspectivos; pero hay épocas de lluvias torrenciales -como aquella que inundó Macondo-, de tormentas vesánicas –como la que hizo desaparecer la Atlántida-, hay épocas en las que solamente las sierpes se atreven a reptar entre las momias, en las que únicamente las culebras se pasean bíblicamente por el mundo. Es en esos días cuando los embalsamadores y los taxidermistas les da la ventolera de escupir todo lo que saben.
Da lo mismo, nadie les cree. A los muertos y a sus maquilladores nadie les hace ni puñetero caso.


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