- LA INCREÍBLE Y TRISTE HISTORIA
DE BOBBY EL MELANCÓLICO, JANIS SU
DESQUICIADA NOVIA Y KRISTO EL SUECO PENITENTE -
A
Kristo el sueco, un texano alto y barbudo, temeroso de dios por una educación ultra
religiosa, solo le gustaba hacerlo en una posición, siempre se las arreglaba
para que ellas se pusieran a cuatro, las enfilaba por detrás sujetándolas con
una mano por el pelo, como cuando domaba potras agarrándose a sus crines allá
en Laredo, y con la otra mano sostenía una biblia deshilachada escrita en
holandés antiguo, tan antiguo que Londres todavía era Londra y Sevilla era Híspalis,
tan antiguo que los mapas del Nuevo Mundo ni siquiera estaban esbozados en la
cabeza de aquel genovés vendesueños. Murmuraba por lo bajini tres miseres al
ritmo de los caderazos, uno para San Teodardo Tranquilino de Spira, patrón de los bastardos y de los eyaculadores
precoces, otro para Santa Marta de Betania, hermana melliza de la primera golfa
de la historia bíblica, virgen cuidadora
de los sonámbulos y de los que hacen noche en los mesones, y el tercero y último
a San Juan Damasceno, protector de los cambiantes de opinión, de los falsos y
de los dubitativos. Después se corría como un caballo exhausto y rezaba de un
suspiro un Ave María, rogando a Dios Padre, a Jesucristo y a todos los ángeles de la guarda que le
protegieran de los vestidos de novia huérfanos y de los afroamericanos
maricones, que la tienen enorme y no respetan las sagradas escrituras de la sodomía.
Así era Kristo hasta el día en que conoció a Janis.