...porque los que saben contar historias pueden cambiar el mundo. Y aquí tenemos los bolsillos llenos de ellas.

(Amaranta)

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...no sé contar las cosas intangibles, pero puedo enumerar todas las que se me quedan en la piel.

(Estrellada)

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... y las arenas atrapahombres, y el sabor a sal, origen de todas las cosas.

(MA)


jueves, 15 de noviembre de 2012

Winston dixit (y III)

Yo sé que Ella utiliza artimañas para embaucarme, como por ejemplo hacerse un moño en la cúspide de su cabeza para parecer un poco más alta. Sé que Ella es demasiado lista, como cuando mezcla historias de la vida real y les da la vuelta imperceptiblemente con algún giro surrealista;  pero a veces -siempre- dispara a bocajarro y me encuentro desarmado.

Ella no me recuerda a esas enciclopedias que todo lo saben, que todo lo dan por hecho, más bien es uno de esos periódicos de países desaparecidos bajo el yugo de la globalización, diarios y revistas que todavía anuncian el desembarco de bailarinas exóticas en los teatros de función doble, panfletos que llaman a la movilización ciudadana cuando los gobiernos promulgan leyes contra-natura, como esos estados gringos que prohíben dar por culo entre hombres y miran hacia otro lado cuando los obispos se enamoran de monaguillos imberbes.

Ella podría tener la apariencia de un orco de la Tierra Media, también podría ser alguna de aquellas horrendas harpías de las que ya hablamos, pero para mí es un ángel que desfila en Victoria´s Secret, lo sé porque siempre aparece volando en mis sueños vestida solamente con unas braguitas de pedrería. 


A mi me espera una maleta y una carretera, siempre igual, siempre maletas y carreteras. A Ella le esperan preguntas y a mí no me esperan respuestas.

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