...porque los que saben contar historias pueden cambiar el mundo. Y aquí tenemos los bolsillos llenos de ellas.

(Amaranta)

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...no sé contar las cosas intangibles, pero puedo enumerar todas las que se me quedan en la piel.

(Estrellada)

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... y las arenas atrapahombres, y el sabor a sal, origen de todas las cosas.

(MA)


sábado, 19 de enero de 2013

TIENE LOS PIES SUCIOS






Nunca sabré cómo se llama ella, solamente que tiene los pies sucios. En realidad no importa, no son datos indispensables. ¿O sí? Estoy malacostumbrado a no recordar nunca el nombre de ninguna, todo lo más el color de su ropa interior –negra-, el nombre de su perfume -cualquiera que esté de oferta- y el tono de su carmín -Rouge in Love, de Lancôme-.

Sé que le gusta el color sepia, tanto el de las fotografías reveladas con nitrato de plata como el de las páginas de los libros que tratan de investigadores yankees y rubias de nombre compuesto. Ella habla de la gente muerta como si todavía estuvieran presentes, como si estuvieran  en la misma habitación, charlando de banalidades como si tal cosa. Ayer mismo me dijo que Nicanor Parra le había dicho que anda buscando dónde comprar un billete de autobús para ir a visitar el Cristo de Elqui. Yo le dije que ni puta idea, que de antipoetas y de cristos ando justito, más bien nada.

También sé que le gustan las películas antiguas, los olores de animales extintos y el café hirviendo. La verdad es que todo esto me lo supongo. Ella no cuenta nada, va dejando miguitas de pan y yo voy haciéndome el puzle.

Creo que se hace la tonta. Conoce perfectamente a los tres tipos que se apostaron una noche de kamasutra con ella jugándosela al póker. Sí, estoy seguro, se hace la tonta. Conoce de sobras quien es su paisano, el que llora lágrimas de pimienta, pero ni me lo dice ni me da pista alguna sobre si lo descifró.

Le cambia el rumbo a las palabras, las marea, las trastoca, las extravía. Cuando dice ahora quiere decir camaleón, cuando dice estrabismo quiere decir estoy buscando unos pendientes de plata que perdió mi abuela en su viaje de bodas, y cuando dice mantequilla con azúcar está diciendo ¿quieres hacer el favor de tomar un avión y venir aquí?, que se me está quedando el culo plano de esperarte sentada.

Tiene los pies sucios y mal genio, como si ocultara una ciclogénesis bajo las uñas.
Acabaré siendo el tipo que vende armónicas a los presos de San Quintín, aprovechando los días de visita para tener un bis a bis con ella.

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