...porque los que saben contar historias pueden cambiar el mundo. Y aquí tenemos los bolsillos llenos de ellas.

(Amaranta)

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...no sé contar las cosas intangibles, pero puedo enumerar todas las que se me quedan en la piel.

(Estrellada)

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... y las arenas atrapahombres, y el sabor a sal, origen de todas las cosas.

(MA)


martes, 22 de enero de 2013

DOS DE CUATRO


Hay días en los que él se viste con pantalones cortos y un bolero, se olvida de peinarse, se olvida de la corbata y de los zapatos negros. Sale al mundo saludando al sol y al asfalto. Sale rebelde a la calle, cruza los semáforos peatonales en ámbar, baja las escaleras mecánicas del revés y le guiña el ojo a la vigilante de los parquímetros No pretende buscarle la cuadratura al círculo, solamente reírse de la vida.

Hay días en los que ella se desespera hasta el moño de esos adolescentes rubios, simétricos, de boca grande y cerebro escaso. Intenta por todos los medios enseñarles a recitar a Sabines, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir. Ni caso.
Esos bastardos nórdicos están empeñados en saber pronunciar perfectamente y con española sonoridad la palabra “puta”. Por suerte en el trayecto a casa se quita las horquillas del pelo, cierra los sentidos y sintoniza dentro de su cabeza una emisora de radio pirata, ésa donde ponen la música que le gusta. Entonces comienza a pronunciar bajito:

Baby, i've been waiting,

i've been waiting night and day.



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