A las gavetas les hace falta aceite, siempre chirrían cuando las abro. A las puertas también, y a las cremalleras, y a los amaneceres, y a mis huesos, y a tus venenos, y a los mordiscos del alma. A todo le hace aceite, tengo que engrasar cualquier cosa que tenga bisagras, que tenga articulaciones, que tenga movimiento...
A los superhéroes les hace falta aceite, a los duelos de gatos en noches sin luna les hace falta aceite, a los dictadores olvidados y moribundos les hace falta aceite.
A las palabras les hace falta aceite, al mundo le hace falta aceite, a la vía láctea le hace falta aceite, incluso pondría un poco de lubricante a tu manera de decir: ¡¡Oye, no pares!!
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